Agua, tierra y la hoja al viento,
pero no encuentro la gracia del Señor.
“No es sitio de aparición, blasfemo.
Ve más allá y observa, observa atento”.
Fuego, ruinas y la sangre de todos.
“¡Esta es la tierra que nos prometió el Señor!
¡A Regocijarnos en la tierra de leche y miel!”
Dios se manifiesta en todas partes, todo el tiempo.
Sea su voluntad en la tierra como en el cielo,
sea el desierto rajado como el deuterio,
Trinen las aves rapaces la llamarada
rompan sus alas de lágrima y tritio.
“Mi Señor, nuestro Señor, protector de los fuertes,
dígnate a mirar con ojos de lucifer a esa porción
de tu grey odiado”.
Agua, muerte y ceguera, pero el Señor no entiende.
Y el Señor dijo:
¿Qué lenguaje forza la falsedad y el nombre?
¿Qué hombre se edifica como astro y se consume,
se flagela, se aza, se carboniza, se despedaza, se
vuelve la pierda y la sien, la bala y la carne, el hambre y
la sed, su muerte y su doble entierro?
¿Quién dicen que les dijo que eso era la verdad escrita?
Fuego, muerte y un futuro rojo.
“Este es el día que hizo el Señor,
un día de aguerridos y de pozos”.

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