Transcurre en mis dedos el agua de una tarde lejana.
Igual a esta, igual a la de oficina.
Un estéril recuerdo volviendo a ser.
Pausa cavilación,
extracto de infamia en mi cuerpo.
Se muere el tiempo,
Ya no es urgencia.
Igual al sol de la mañana, igual al día echado a la nada.
Se yergue ya el silencio y aprisiona estas palabras.
Impregna la boca de huecos.
Borrado,
un reflejo ayer es mi mañana más certero.
De nuevo soy devorado por el tiempo.
Estéril andar del inmóvil.

Deja un comentario